Bomberos de Chile

Publicado por 2A Stop The Fire / Pablo Trenfo 37 / 9na Compañía de Bomberos de Alerce Sur / Category:

Orígenes
Puede afirmarse que casi todos los Cuerpos de Bomberos se institucionalizan a raíz de un incendio descomunal que hiere la conciencia pública y que obliga a la comunidad a reaccionar, recurriendo para ello a algún modelo organizativo de aquellos disponibles en la cultura comunitaria de que se trate.

Fue así que en Chile el primer Cuerpo de Bomberos basado en voluntarios nació en 1851 en el puerto de Valparaíso, según algunos autores con fuerte raigambre en los valores republicanos y orgánicamente basado en brigadas bomberiles existentes en los Estados Unidos desde el siglo XVIII.

El modelo de Valparaíso, en cuanto al diseño organizativo y miembros voluntarios, sería más tarde replicado por entidades semejantes en todo el país: Cuerpos de Bomberos voluntarios.

Antes de la existencia de estos Cuerpos, en el país los siniestros eran enfrentados por serenos, policías y por el público en general, desde luego sin equipamientos ni preparación especiales. Y aunque existen indicios documentados de que hubo iniciativas estatales destinadas a formalizar este servicio, aquellas no pasaron de la intención o de la enunciación.

Los primeros Bomberos Voluntarios

Los nacientes Cuerpos formaron sus filas con los miembros de una aristocracia de comerciantes y mineros, de ideas progresistas y tendencias liberales, que encuentran en el servicio filantrópico un modo de materializar inquietudes éticas y sociales. Ser bombero, en esos tiempos, era sinónimo de pertenecer a la mejor sociedad, y cada uno de ellos estaba dispuesto a hacer generosos donativos para dotar a sus Compañías de cuarteles y equipos, o para financiar el costo de los "auxiliares" que, en la práctica, efectuaban muchas veces el trabajo bomberil propiamente tal.

(En la fotografía, Directores de la 1ª y 2ª Cía. del C. de B. de Valparaíso, uno inglés y el otro alemán, luego de un ejercicio bomberil a principios del siglo pasado.)

Surgieron también durante aquellos años iniciales las llamadas "Compañías de Colonia", integradas por inmigrantes o hijos de inmigrantes. Ellos dotaron a sus comunidades de un servicio que en muchos casos conocían en su país de origen y, por otra parte, lograron una forma de asociación que les facilitó conservar la identidad nacional sin debilitar su proceso de real integración a este Nuevo Mundo. También en este caso, los bomberos "de Colonia" disponían, con relativa facilidad, de los recursos materiales que su tarea requería.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, período comprendido entre 1851 y 1899, surgieron sólo 35 Cuerpos de Bomberos. El prestigio y la solvencia financiera de sus miembros, que permitía adquirir modernos equipos, así como la dedicación esforzada y sincera al servicio, les dio gran prestigio. En ese contexto, la historia de Chile consigna interesantes y curiosos hechos protagonizados por esas asociaciones voluntarias durante la Guerra del Pacífico y la Revolución del 91.


Los cambios del siglo XX

Las profundas transformaciones que Chile experimenta en el siglo XX afectan también a su Bomberos, siendo las principales de ellas los procesos de urbanización, mesocratización, el crecimiento de las ciudades y la industrialización.

La urbanización: En los inicios del siglo pasado, la población se concentraba en el campo, mientras que un porcentaje menor habitaba en pequeñas ciudades.

Entre los años 1930 y 1970, numerosos villorrios rurales se convirtieron en agrupaciones urbanas, que como tales requerían de un servicio bomberil.

Así, el número de asociaciones bomberiles se duplica en sólo 30 años (de 1900 a 1929), llegando hacia 1969 a constituir un total de 234 Cuerpos de Bomberos.

Al final del siglo XX sólo un 15% de los chilenos continúa viviendo en el campo.


La composición social: los nuevos Cuerpos de Bomberos ya no cuentan con la rica aristocracia del siglo XIX, sino que empiezan a ser integrados mayoritariamente con hombres que provienen de la naciente clase media (funcionarios públicos, profesores, pequeños empresarios, profesionales). Más tarde surgen los Cuerpos basados esencialmente en trabajadores: campesinos, pescadores, pequeños mineros y artesanos, quienes se hacen bomberos para proteger directamente las vidas y bienes de sus familias. A ellos se suman, en las grandes ciudades, los estudiantes, que aunque provengan de familias acomodadas, carecen de recursos propios.

Personal de la Cía. Alemana del C. de B. de Osorno, a comienzos del siglo XX

En consecuencia, los Cuerpos de Bomberos ya no pueden financiar sus equipos y operación con la contribución de sus propios miembros y comienzan a depender, cada vez más, de los eventuales aportes externos. Por ello y especialmente en el caso de las localidades pequeñas o apartadas, los bomberos tienen una subsistencia cada vez más difícil.


Ejercicio Bomberos de Valparaíso en el siglo XIX
El tamaño de las ciudades: la urbanización implicó también un rápido crecimiento del tamaño de las ciudades tradicionales. Las nuevas poblaciones instaladas en la periferia, son las que presentan mayores riesgos, tanto por los materiales ligeros que se emplean en su construcción, como por el deficiente abastecimiento de agua para combatir los incendios. En ese escenario, Bomberos debe proteger un territorio cada vez más extenso, lo que hace necesario construir nuevos cuarteles, reubicar compañías o fundar otras nuevas, dotándolas de material adecuado.

La industrialización: el país no sólo aumenta en población. También su economía se modifica, iniciándose un proceso de industrialización y modernización, que en nuestros días adquiere su máxima expresión. Este progreso, sin embargo, implica nuevos riesgos para la población, y una parte significativa de ellos deben ser asumidos por Bomberos.



Siglo XXI: Bomberos de Chile

Hacia fines de la década de 1960, la situación financiera de la mayoría de los Cuerpos surgidos en este siglo, e incluso de algunos de los más grandes y antiguos, era francamente crítica. Esto implicaba carencia de carros y equipos, lo que a su vez hacía perder la motivación y dificultaba la captación de nuevos Voluntarios.

En este marco surgió, por iniciativa de Guillermo Morales Beltramí, a la sazón superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago, la idea de dar a los Cuerpos de Bomberos de Chile una estructura nacional que coordinara sus esfuerzos. La nueva Institución se denominó inicialmente Junta Coordinadora, adoptando posteriormente el nombre de Junta Nacional de Cuerpos de Bomberos de Chile, para ser llamada en la actualidad Bomberos de Chile.

Su labor ha estado orientada hacia la búsqueda de la unidad bomberil, en un marco de regionalización que evite el centralismo, garantizando la real participación de todos los Cuerpos en un proceso de crecimiento equilibrado y equitativo.

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